Había una vez un gran pensamiento que decía: «La vida en la Tierra es mejor si se excede el principio de conflicto».
Las energías gastadas en el conflicto se sustrayen al bienestar de la comunidad Mundo. El conflicto es impulsado por aquellos que tienen más poder (o creen tenerlo) con el fin de adquirir aún más poder, de consolidarlo, y a continuación, ponerse otra vez en conflicto contra otros más débiles. El conflicto no es impulsado por los que necesitan más.
Escuchamos las objeciones que el progreso humano es el resultado del conflicto: de hecho “este progreso” es el resultado del conflicto. Vemos en todas partes sus consecuencias desastrosas. Pero, ¿qué habría podido conseguir el hombre en los tres mil años pasados si hubiera invertido en la colaboración y en el bienestar colectivo las energías gastadas en el conflicto?
Nino Cortesi trata de imaginarlo, en este cuento de contornos palpables, plausibles, a la mano.